60 muletillas que perjudican tu discurso en reuniones y tu imagen profesional
En diciembre pasado tuve la oportunidad de ser baterista.
What?
Bueno, estudiante de percusión por unos minutos, así sacando a flote mi lado rockero.
¿Que si sé tocar la batería?
Para nada, pero es uno de los instrumentos que me llama la atención aprender.
¿Has pensado en el nivel de coordinación mental y corporal que tienen los percusionistas para tocar este instrumento?
La experiencia vino patrocinada por el novio de mi cuñada a quien le agradezco darme esos minutos donde mi adolescente rebelde interna estaba feliz.
Lo que no me había percatado es ¡cuán duro puede sonar!
Resulta que eso mismo pasa con ciertas palabras cuando no nos percatamos mientras hablamos.
En la mente de otros puede sonar muy duro.
Al punto que le empezás a llevar el compás como la batería.
“Bueno, digamos que este trimestre ha sido un desafío para todos. Hemos visto, digamos, algunas fluctuaciones en el mercado, pero, digamos, el equipo ha trabajado arduamente para, digamos, superar las metas.
Entonces, digamos que lo que queremos lograr en el próximo trimestre es optimizar nuestros procesos y, digamos, enfocarnos en la eficiencia. Digamos que, si mantenemos este ritmo, podremos, alcanzar los objetivos estratégicos para fin de año."
¿Notaste cuántos “digamos” le surgieron a este gerente que presentaba ante la junta directiva?
Contemos:
“Bueno, digamos que este trimestre ha sido un desafío para todos. Hemos visto, digamos, algunas fluctuaciones en el mercado, pero, digamos, el equipo ha trabajado arduamente para, digamos, superar las metas.
Entonces, digamos que lo que queremos lograr en el próximo trimestre es optimizar nuestros procesos y, digamos, enfocarnos en la eficiencia. Digamos que, si mantenemos este ritmo, podremos, alcanzar los objetivos estratégicos para fin de año."
¡7 veces!
Moraleja:
No queremos ser una batería musical en nuestras presentaciones por abusar de repetir una palabra que se convierte en la famosa muletilla.
Si me has seguido en Instagram, habrás notado que esta semana hemos hablado de este tema.
Incluso, ayer dejé unos tips adicionales a quienes compartieron cuáles eran las muletillas que más repiten. (Si te los perdiste, andá a las historias destacadas “TIPS”).
¿Por qué las repetimos tanto?
Por costumbre
Por nervios
Por querer rellenar un espacio mientras nuestro cerebro procesa la siguiente idea
¿Cuáles son 60 muletillas comunes?
Este
Eh
Bueno
A ver
O sea
Vale
Digamos
Lo que sería
Básicamente
En fin
Cómo se dice
Como quien dice
Y eso
Por decir algo
Al final del día
En cierta forma
O algo así
Etcétera
Y demás
Y toda la cosa
Y todo eso
Y así sucesivamente
Y bueno
De hecho
Lo que pasa es que
Y lo otro es que
Dicho esto
En ese sentido
Ahora bien
¿No?
La verdad…
Así que
En realidad
A lo que voy es
Es como
Si nos ponemos a pensar
Pues
Es decir..
Dicho lo anterior
Algo así como
Okay
En otras palabras
Por decirlo de alguna manera
Hasta cierto punto
Dicho de otro modo
Para que se entienda mejor
En cierta medida
Entonces
Tipo
¿Me explico?
¿Te parece?
¿Verdad?
¿Me seguís?
¿Viste?
¿Cierto?
Por así decirlo
Más o menos
De alguna manera
De alguna forma
A fin de cuentas
Por eso ¡es clave escucharnos a nosotros mismos mientras hablamos!
¿Cuándo nos sirve una muletilla?
Cuando la usamos correctamente como conector, es decir, para enlazar una idea con otra.
También, pueden servir para generar suspenso, reafirmación y asertividad en ciertos momentos.
Recordá:
El problema es cuando abusamos de ellas que se convierten en el compás musical que genera ruido a tu mensaje.
Es decir, desvía la atención de lo que deseás comunicar
¿Querés aprender más?
Descubrí y llevá el curso de oratoria corporativa y efectiva.