¿Te cuesta opinar en reuniones?

Fue doloroso.

 

De alguna forma, humillante.

Recuerdo esos dos momentos de mi carrera como periodista y comunicadora en los que no me sentí bien.

 

Por un lado, estar en algunas reuniones para definir temas del noticiero y sentir que no aceptaron ninguna de mis ideas.

 

Prácticamente recibí un: Next!

 

¿Has tenido esa sensación de rechazo?

 

Después, pasaron los años.

 

Esa escena de “vamos a darle otros temas porque usted no ofreció nada bueno” me pasó la factura.

 

Llegó el mundo de las reuniones como pan de cada día y el trabajo con clientes multinacionales y de gobierno.

 

Y conocí qué eran las sesiones de feedback.

La sesión llegó con el comentario: “necesitás participar más en reuniones”.

 

Hello, trauma!

 

Aunque estaba en el departamento de comunicación, ¡me sentía como la más novata!

 

Atrás había quedado el teje y maneje de reportear por diez años.

 

Ahora era la nueva. 

 

Tenía una mega curva de aprendizaje enfrente peor que cualquier montaña rusa de Universal Studios. 

 

Creía que no sabía suficiente. Que era inexperta.

 

Mejor me callo.

 

Mejor observo.

 

El feedback evidenciaba que la táctica no estaba funcionando y jugaba en mi contra en el nuevo rol.

 

Es decir, había que dejar ir el juego de hacerse pequeña e invisible. 

 

¿Qué pasó? 


Eso te lo contaré en otra ocasión.

Por hoy, mi deseo es ayudarte a que tengás un paso a paso de cómo atender esa situación si estás en la misma trampa. 

 

Ya sea porque la introversión gana terreno o porque hay una creencia que te pone freno de mano.

 

Dígase: 

 

¡Creés que no sabés suficiente o no tenés la experiencia!

 

Aquí van 6 tips de cómo atreverte a hablar en tu próxima reunión (si realmente vale la pena y no solo es hablar por hablar):

 

#1: Ubicar cuál es tu posición al respecto

Previo a que te cuestionés si vale la pena hablar, revisá si estás a favor o en contra del tema en discusión.

 

  • ¿Por qué tenés esa posición?

  • ¿Qué oportunidades ves con base en ella?

 

#2: Detectar cuáles puntos ciegos nadie ha comentado

Muchas veces, todos en el salón ven un solo lado de la moneda. 

  • ¿Ya revisaste si hay otras oportunidades o inconvenientes del tema en discusión?

  • ¿Cuáles son los beneficios o consecuencias?

  • ¿Hay evidencia pasada tanto de la empresa, de pasados trabajos o experiencias?

 

#3: Identificar ¿cuál creencia te repetís mentalmente?

Una vez que ya tenés claro qué dirías, revisá:

  • ¿Qué te estás diciendo mentalmente?

  • ¿Son pensamientos empoderadores, saboteadores, de temor?

 

Por ejemplo: 

  • “No sé suficiente"

  • "Puedo hacer el ridículo”

  • “Ellos saben más que yo. Mejor me callo”

 

#4:Cuestionar la creencia 

Aunque otras personas tengan más años de experiencia de carrera o en la empresa, ¿quién dice que unos ojos frescos no pueden ver otra perspectiva y soluciones?

 

  • ¿Te acordás la vez pasada que alguien dijo tu idea y te la callaste?

  • ¿Cómo te sentiste cuando eso pasó?

  • ¿Qué ganás o perdés para tu marca profesional?

 

#5:Transformar la creencia

Tras recordar la evidencia pasada, cambiá el pensamiento a un terreno mucho más neutral.

 

En vez de:

“No sé suficiente, puedo hacer el ridículo”

 

Podés decirte:

“Puedo dar nuevas ideas o preguntar si las han valorado. Es una oportunidad para aportar, aprender y crecer”.

 

 

#6: Atreverte a dar tu opinión 

Pensá ¿qué es lo más importante de tu idea? 

 

Empezá por ahí, sin agregar mucho accesorio y explicar el “bigger picture”.

 

Es decir, esos beneficios o consecuencias mayores que ves para todos los involucrados.

 

Por ejemplo:

“¿Han valorado que eso podría generar reacciones en los departamentos X y Z? Comento esto debido a que la vez pasada se les prometió que íbamos a…”

 

Recordá:

Si querés participar en reuniones con confianza, necesitás transformar la creencia mental que te frena, ubicar qué querés decir y atreverte a hacerlo puntualmente. 

 

De corazón deseo que te lancés al agua cuando veás oportuno aportar ideas, eso te dará evidencia de tu valentía y seguridad, te aportará a tu marca profesional y aprenderás a escucharte en voz alta defender tus posiciones. 

 

Hace más daño que un equipo no tenga diversidad de ideas a uno que opine igual. 

 

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Fabiola Domínguez

Soy una humanista, entusiasta, empática y eterna amante del aprendizaje continuo para fomentar la autorrealización personal y profesional.

Por ello, como life coach con énfasis en autoconocimiento y mentora en comunicación, te ayudo a elevar tu desarrollo personal y profesional.

Estoy certificada internacionalmente en Life Coaching y Manager Coaching. Durante 15 años me dediqué como periodista y comunicadora corporativa.

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